Crónicas de Pérez 19: el 114
El martes pasado llegué a casa por la tarde y Pérez, mi perro, estaba experándome con la correa en la boca. Acepté su invitación, me puso la correa en la mano izquierda y me sacó a pasear.
Mientras caminábamos por Simbrón, noté que iba muy contento y hasta me pareció que cuando un congénere le ladraba desde algún jardín o por debajo del portón de alguna cochera, más que enfrentarlo los saludaba. No sé, debía ser mi imaginación.
Lo cierto es que me llevó sucesivamente por Sanabria, Beiró y Chivilcoy, y terminamos con una vuelta a la plaza Arenales, en Villa Devoto.
Ya de regreso comprendí -al fin y al cabo, como dice Pérez, pertenezco a una especie bastante inteligente- que habíamos hecho un tramo del recorrido del 114. ¿Por qué lo habrá hecho? ¿Habrá querido decirme algo?
Explore posts in the same categories: Los unos y los otrosEtiquetas: Argentina, Buenos Aires, Derechos Humanos, Mascotas, Pérez, Villa del Parque, Villa Devoto
You can comment below, or link to this permanent URL from your own site.
Responder