El otro día, en una carta de lectores de un diario, un lector se preguntaba si Muricio Macri tenía la culpa de que se pierdan días de clase por el conflicto con los docentes porteños.
Es interesante analizar esa forma de razonar, porque es fácil descubrirla no sólo en un lector simplista sino también en comentaristas intencionados y en funcionarios que decididamente hacen trampa.
¿Tiene Macri la culpa de que muchos conductores violen el semáforo en rojo? ¿Tiene Macri la culpa de que la gente tire basura en las calles todo el tiempo? ¿Tiene Macri la culpa de que cualquiera obstruya las veredas con mesitas de bar, instalaciones publicitarias o estacionando autos?
Lo que confunde es la palabra culpa. Porque el culpable en esos casos es el automovilista irresponsable, el vecino sucio o el comerciante que invade el derecho de los demás.
Pero señalar a un culpable y decir «yo no fui» es lavarse las manos, y el jefe de gobierno, la ciudad y sus instituciones, lo que tienen es responsabilidad. La culpa la tienen los que cometen faltas, la responsabilidad del que gobierna es educar, inducir, controlar y hacer todo lo necesario para que tales faltas no se cometan. Y de castigarlas si se comente.
Ya encontré este tema cuando hablé de las decenas chapas faltantes en los techos de las paradas de colectivos en Constitución. Lo que dijo el gobierno de la Ciudad fue «se las roban», esto es, echar la culpa a alguien y lavarse las manos. La Ciudad debe mantener los refugios en condiciones y cuidarlos, haya ladrones o no.
Pero hacer un paro por mejora salarial ¿Es una falta? ¿Tiene culpables? Por empezar, la huelga es un derecho, de rango constitucionalo además. Si no estamos de acuerdo en eso, es difícil que nos entendamos.
Obviamente desconoce eso quien como Macri afirma que «los docentes les roban días de clases a los chicos». Una frase cargada de prejuicios berretas.
Hacer un paro es una forma de lucha absolutamente legítima y legal. ¿O cuál otra recomienda Macri? Y sabiendo que es un derecho, que es legal y que hay malestar y que, en caso de ser declarada, traerá como consecuencia la pérdida de algunos días de clase, un buen gobierno debe prevenir, debe actuar anticipadamente para evitar que se llegue a ella. Ésa es su responsabilidad.
Ahora yo quiero reformular la pregunta que inició esta reflexión. ¿Hizo Macri todo lo que su responsabilidad le exigía para evitar que los chicos porteños tuvieran menos días de clases? A ver, busquemos respuestas.
Alejandro Demichelis y Eduardo López, secretario de prensa y secretario gremial de UTE (sindicato docente porteño) comentaban hace poco en relación con la escasez de docentes suplentes en la ciudad: «Docentes existen. El problema es que no ejercen en esta ciudad. En la Capital, cuyo producto per cápita reslta ser de los más altos del país, los salarios docentes ocupan el lugar 16 en la tabla de salarios del país. El solo hecho de trasponer la General Paz, le adjudica un incremento de salario. Un docente necesita acumular doce años en la Capital Federal para ganar ‘en mano’ lo mismo que un docente que se inicia en la Provincia de Buenos Aires. Otro caso: un docente con dos cargos, sin antigüedad, cobra en Capital 1800 pesos; pero ese mismo docente, en la Provincia, ganaría 2900 pesos. En marzo se establecieron aumentos salariales en todas las provincias. En la mayoría, entre ellas la de Buenos Aires, se lograron nuevas actualizaciones. En la Ciudad de Buenos Aires, dispar es el criterio de actualización salarial. Mientras los ministros se otorgaron tres aumentos (marzo, agosto y octubre) a los docentes se les niega un nuevo ajuste salarial. Todos los días quedan sin cubrir un promedio de 500 cargos por falta de docentes suplentes, es decir, aproximadamente 10.000 niños y jóvenes sin su profesor o maestro específico».
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