Soledad Castro Virasoro, mi infatigable crítica, seleccionó esta semana dos recomendaciones. Ahí van:
- Mirá lo que hay que escuchar (teatro)
203 años en 11 caripelas. Un amplio recorrido por la historia de nuestro país, desde 1806 con las invasiones inglesas hasta la presidencia de Cristina en la actualidad, construido con un jugoso pastiche donde abundan las frases célebres de nuestros personajes históricos, recortes de prensa, fragmentos de relatos deportivos y un juego de luces y sonidos que le pone la frutilla a este postre increíble.
Una obra contada nada más (y nada menos) que desde unos rostros, trágicos, cómicos, grotescos, apasionados, seductores y aburridos que reflejan las idas y vueltas de nuestro pueblo. Con los triunfos y derrotas, llantos y risas, y el absudo y la ironía que se empecinan en ser la base de nuestra identidad, se nos presentan nuestros errores, a ver si algún día empezamos a revertirlos.
Patricia Orozco logra con la sencillez del material de archivo, lo que la enseñanza primaria y secundaria muchas veces no, de la mano (o de la cara, más bien) de un gran gran elenco (sí, dos veces).
Realmente excelente. Síganlos, no los van a defraudar…
Dramaturgia y dirección: Patricia Orozco. Elenco: Ignacio Albornoz, Jazmín Beccar Varela, Roberto Compusano, Camila Courtalon, Florencio Laborda, César Larroude, Paloma Lipovetzky, Estaban Nerone, Daniela Sastre, Ignacio Testi y Marcelo Zamora. Teatro: Centro Cultural Borges, Sala Bioy Casares, Viamonte 525, reservas 5555-5359. Funciones: domingos 19hs. Localidades: $ 30 y $ 25
- El mundo según Monsanto (cine en el Festival de DDHH).
«No tenemos ninguna razón para participar en su documental, porque sospechamos que no será muy positivo para nosotros.» Christopher Horner, portavoz de Monsanto.
Con estas palabras cierra el documental. Considerando el contenido de la película, la frase demuestra un nivel de cinismo realmente obsceno. Cosa que tampoco debería sorprendernos, después de lo visto.
Porque no se trata únicamente de los terribles efectos de sus pesticidas, ni que sus organismos genéticamente modificados, «sustancialmente idénticos» a los naturales según ellos, puedan tener efectos «secundarios» (¡!) no muy agradables (y que la empresa se haya ocupado cuidadosamente de acallar a cualquiera que intentase llevar a cabo un estudio no «avalado» por ellos). No.
Se trata de qué le sucede a una economía cuando el agricultor medio deja de ser dueño de la semilla que planta, donde todo granjero es sospechoso de esconder parte de su cosecha (¿por qué será que me viene a la cabeza el sistema económico medioeval?), o donde el pequeño productor debe endeudarse hasta lo imposible para comprar una semilla «milagrosa», para luego perder su cosecha. De qué le sucede a un país donde una corporación privada dicta al gobierno las normas que deben regular sus actividades. Qué le sucede a un ecosistema cuando un único organismo introducido comienza a aniquilar palmo a palmo a siglos de biodiversidad (sin mencionar todo un sistema de tradiciones culturales que giraban en torno a ella). Se trata de qué le sucede a una sociedad cuando pequeños productores se ven obligados a emigrar a las ciudades, empujados por el imparable avance del desierto verde del monocultivo.
Quizás se pueda criticar que la directora eligió un enfoque más cercano al «escrache» que a la construcción de una sólida investigación legal o científica contra la multinacional. Pero a veces es eso lo que hace falta. Que alguien muestre. Que sepamos, y que entonces, habiendo visto, habiendo oído, que cada uno desde su lugar actúe. (Y es una pena que estas palabras suenen tan a frase hecha.)
Más que recomendable: necesario.
Más reseñas de Sole en Reseñas de cine, espectáculos y la vida misma, el momento en que la historia ajena entra en contacto con la propia: http://resenasdecineyvida.blogspot.com/
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